LA ESCALADA DEL PUEBLO MÁGICO
Por José Luis Castillejos Ambrocio
joseluiscastillejos@gmail.com
En San Cristóbal de Las Casas, una de las primeras ciudades mexicanas construidas en la Nueva España, llamado “Pueblo Mágico”, que fuera capital de la provincia de Chiapas, desde la época colonial hasta el porfiriato, vive Juan Carlos Flores Santiago, director del Sistema de Agua Potable y Alcantarillado.
Por José Luis Castillejos Ambrocio
joseluiscastillejos@gmail.com
En San Cristóbal de Las Casas, una de las primeras ciudades mexicanas construidas en la Nueva España, llamado “Pueblo Mágico”, que fuera capital de la provincia de Chiapas, desde la época colonial hasta el porfiriato, vive Juan Carlos Flores Santiago, director del Sistema de Agua Potable y Alcantarillado.
Nada importante sería su nombre a no ser que de la noche a la mañana saltó a la “fama”, en la prensa, por desplazarse en una poderosa camioneta Cadillac Escalade, valorizada en 94 mil 575 dólares o sea un millón 229 mil 475 pesos mexicanos en una ciudad donde campea la pobreza y faltan muchos servicios básicos,
Como en la época de los virreyes cuando se movilizaban en hermosas calesas, hoy Flores Santiago vive en la capital cultural de Chiapas, de sinuosas calles, todo su esplendor.
Nada de malo tendría utilizar costosos vehículos, así sea con recursos propios, pero hacerlo en una ciudad donde el analfabetismo es del 17.74 por ciento y la pobreza de la que fuera la “puerta de entrada” de la protesta del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) sí es un insulto para aquellos que se desplazan a pie, con el hambre a cuestas y cargando sus alimentos o su leña con un mecapal.
Tampoco sería sorpresa en cualquier otro país del mundo moverse en ese tipo de autos a no ser porque en Chiapas, donde la realidad se vuelve magia y leyenda, los políticos no ocultan su riqueza mientras 1.1 millones de habitantes de ese estado no tienen agua potable y 891 mil carecen de saneamiento (drenajes), según datos de la Comisión de Pueblos y Comunidades Indígenas del Congreso del Estado.
El número de habitantes en condición de pobreza alimentaria en ese estado asciende a dos millones 17 mil 517, y tres millones 248 mil 450 en pobreza de patrimonio.
En las regiones chiapanecas de Los Altos, La Selva y la Frontera, donde se registró el movimiento armado zapatista en medio de la pobreza que doblega a sus pobladores. Este flagelo es tan severo que su efecto coloca a Chiapas como la entidad de la federación con el más alto índice de marginación.
Pero en San Cristóbal de las Casas, una aristocrática y conservadora ciudad en donde hace ya algunos años a los indígenas no se les permitía subirse a las banquetas, el “mágico” personaje de Juan Carlos se desplaza en una camioneta con paquete de suaves asientos de cuero o piel y madera con incrustaciones de atractiva tapicería, que actúa como toques de lujo.
Esa “nave”, la Escalade de Juan Carlos, tiene un fácil sistema de navegación que supera a la Navigator; tiene portavasos delanteros, frigobar, una pantalla plana de televisión que sirve de monitor de la computadora, sistema de telefonía y asientos reclinables hasta el grado de convertirse en una cama.
Posee cuatro pantallas LCD para el reproductor de DVD, dos en la parte posterior del reposa-cabezas del conductor y pasajero y dos que caen desde el techo. Su sistema de alfombras hace sentir al pasajero como en casa.
El político chiapaneco se mueve en un carro que tiene un valor equivalente a 122 mil 948 kilos de tortilla con el que podrían alimentarse 614 mil 738 personas o si se prefiere 102 mil 456 kilos de frijol que alcanzarían para alimentar a 614 mil 736 bocas.
La pobreza acumulada, aunada a una serie de carencias en cuanto al respeto a las minorías indígenas, fue el caldo de cultivo para el levantamiento armado del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) el 1 de enero de 1994. Luego no pregunten porqué pasan estas cosas y porqué los indígenas se levantan en una región donde el director del agua potable también tiene, entre otras joyas, una camioneta Equinox de Lujo.
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